MONÓLOGO DEL ESTUDIANTE FLOJO
No, no soy aplicado en la escuela. Estoy perdiendo el quinto año de primaria y soy más grande y desarrollado que los demás muchachos del curso .
A pesar de que no respondo mucho en clase, todos me aprecian porque después de clases yo les enseño a hacer muchas cosas.
No sé porqué, pero mis maestros no gustan de mi. Parece que ellos no creen que uno sepa algo si no se puede citar el libro o el cuaderno donde lo ha leído. Yo tengo muchos libros en mi cuarto: ciencia popular, enciclopedia mecánica, catálogos diccionarios, etc; pero no me pongo a leerlos muy seguido como nos mandan a hacerlo en la escuela. Uso mis libros cuando necesito averiguar algo: por ejemplo cuando mamá compra algo de segunda mano, yo busco los precios y la calidad en un catálogo comercial para que no la engañen.
En la escuela tenemos que aprender todo lo que está en el libro y yo, simplemente, no tengo buena memoria. El año pasado tuve que quedarme todas las tardes, después de clases, tratando de aprender los nombres de los presidentes. Claro está que sabía algunos como Bolívar, Santander, Mosquera; pero no me pesa mucho no haberlos aprendido porque los niños que los aprendieron tuvieron que empezar otra vez, de nuevo, y aprender los nombres de los vicepresidentes y de las juntas de gobierno. Como yo desaprobé el año, ahora estoy repitiendo el quinto curso y en este año a nuestro maestro no le interesan mucho los presidentes y nos hace aprender los nombres de los grandes inventores.
Me figuro que simple y llanamente no puedo recordar nombres en historia. De todos modos, este año estoy tratando de aprender algo sobre camiones porqué mi tío tiene tres y dice que me dejará manejar uno cuando yo tenga 16 años. Ya sé cuantos caballos de fuerza, cuantos cilindros y cuantas velocidades tiene cada uno de los diversos tipos de camiones, algunos de los cuales son Diesel. Puedo identificar esos modelos de camiones a la vista desde bastante lejos. Es curioso como funcionan esos motores.
El otro día empecé a contarle esas cosas a mi maestro de ciencias cuando la bomba que estábamos utilizando para hacer el vacío se calentó mucho e hizo ¡pum!; pero el maestro no veía que tenía que ver el motor Diesel con nuestro experimento, así que me quedé callado no más. A pesar de esto, mis compañeros se interesaron por lo que estuve diciendo; después de clases llevé a cuatro de ellos al garaje de mi tío y allí vimos como Gustavo, el mecánico, desarmaba un camión Diesel. ¡Ah, Gustavo: ese si sabe lo que hace!
Tampoco soy muy bueno en geografía. Este año la llaman geografía económica. Toda la semana hemos estudiado las importaciones y exportaciones de América, aunque ahora no podría decirles cuales son, porque desafortunadamente ayer falté a clases. Mi tío me llevó en un enorme camión hacia el sur a unos 100 kilómetros de esta escuela. Trajimos 10 toneladas de carga al mercado. Mi tío me dijo dónde iríamos y nada más. Yo tuve que decir los caminos y las distancias; el no hacía más que "timonear" por donde yo le indicaba. ¡Esto si que fue un viaje divertido! Yo, sentado con un mapa sobre las rodillas le decía a mi tío: "doble a la derecha", "doble a la izquierda" ¡cuidado! y luego nos comimos unos emparedados riquísimos. Paramos 7 veces y recorrimos casi 280 kilómetros. Ahora estoy calculando el gasto del aceite y también el desgaste del camión que mi tío llama "depreciación", para saber cuanto hemos ganado exactamente en el viaje.
Yo también preparo las facturas y envío cartas a los agricultores y dueños de las granjas sobre negocios de cerdos y vacas y papa para el mercado. La última vez me equivoqué solo 3 veces en 6 cartas que escribí. Mi tía me corrige las cartas que yo escribo. Como quisiera escribir en esta forma las redacciones de la escuela. El último tema sobre el que escribimos era: "¿Qué piensan los elefantes sobre la música?" Yo no pude ni empezar cuando el maestro dijo: "¡Entreguen ya!".
¡Tampoco lo hago muy bien con la aritmética de la escuela; me parece que no puedo concentrar mi cabeza en los problemas que nos ponen. El otro día nos pusieron a resolver uno que decía: "Si un poste de telégrafo de 23 metros de altura cae a través de una carretera de tal manera que 5.5 metros de él sobresalen a un lado y 4.50 al otro, ¿Cuál es el ancho de la carretera? Me pareció un modo muy tonto de averiguar el ancho de la carretera y yo no traté de hacer operaciones porque no sabía si el poste cayó de lado o en diagonal sobre el camino.
Ni siquiera en manualidades he obtenido buenas notas. Todos los muchachos en este año hicimos mangos para escobas y soporta libros. Los trabajos míos ciertamente no eran bonitos pero me entusiasmó la idea de hacerlos. Mamá ya no usa escoba desde que compró la aspiradora eléctrica y todos nuestros libros están en estantes con puertas de vidrio en la salita. De todas formas, yo quise hacer una puerta para la carrocería del camión de mi tío, pero el profesor me dijo que para esto tenía que usar metal y este año corresponde a madera solamente. No se porqué, pero me quedé calladito e hice un colgador de corbatas para mi papá; la puerta la hice después de clases en el garaje de mi tío: él me dijo que con ello le había ahorrado unos buenos pesos.
La educación cívica también me resulta medio difícil. He tenido que aprender de memoria algunos artículos de la constitución porque el maestro dice que no se puede ser un buen ciudadano si no se conoce la constitución. Como yo quiero ser un buen ciudadano me esforcé bastante, pero no me gustó tener que quedarme después de clases para estudiar las lecciones porqué con un grupo de muchachos estábamos limpiando un lote de terreno baldío que queda frente al taller de mecánica de González, para hacer una cancha de fútbol para los niños del barrio. Yo hice barras y paralelas y otras cosas más con tuberías usadas. Los muchachos me nombraron "jefe" del grupo. Ya hemos reunido suficiente dinero recolectando y vendiendo hierro viejo para construir una verja alrededor del terreno de la cancha. Papá dice que puedo dejar la escuela cuando cumpla 15 años y yo estoy un tanto ansioso de hacerlo porque hay muchas cosas que aprender y como dice mi tío, la escuela no me está sirviendo mucho que digamos...
Anónimo